María es una profesional como la copa de un pino. No dejo de recomendarla a personas de mi entorno porque nadie se puede hacer a la idea del pozo sin fondo del que me ayudó a salir.

Nunca había pedido ayuda más allá de desahogarme con amigos y gente de mi confianza. Un psicólogo nunca entró dentro de mis planes pero ha sido la mejor decisión e inversión que me animaron y pude tomar.

Sé que puede resultar difícil y por eso ahora te lo digo a ti, te animo a que lo intentes, porque María consiguió recuperar la persona que había dejado de ser, un chico feliz, espontáneo, lleno de vida que después de mi primera ruptura amorosa y de no ver más allá. De pensar que ella era mi única persona. De estancarme en el pasado soñando en un mundo de irrealidades futuras. De bloquearme y negarme a conocer otras chicas. De sentirme vacío conmigo mismo porque pensaba que me faltaba alguien cuando nada es lo que parece y no lo podía ver...

Estuve dos años sin levantar cabeza, esperando algo que no tenía por qué ser para mí. Aunque yo seguía totalmente convencido y encabezonado con que sí. Sufría mientras el tiempo pasaba y me olvidaba de mí, de mi presente, de todos mis propósitos, retos y metas por las que quiero y debo luchar.

Realicé distintas búsquedas en google, vi muchos vídeos y webs de distintos profesionales pero sentí que conecté sin haber empezado. De hecho tuve que esperar alrededor de un mes para comenzar mi primera sesión con ella y cuanto mereció la pena.

A día de hoy, después de más de un año, sigo yendo a terapia, pero hace mucho tiempo que mi problema por el que acudí dejó de ser el motivo de las sesiones.

Ojalá tu encuentres un profesional que te ayude como a mí ha conseguido ayudarme María.

Yo soy una persona a la que le importa su privacidad y por ello estoy utilizando este email para compartir mi experiencia. María merece todo y más, o al menos así lo siento y espero que todos alcancéis antes o después, más tarde o más temprano esta sensación. Simplemente por lo que ella como profesional ha sido capaz de despertar y reanimar en uno mismo.

Eternamente agradecido.